Esta es la primera vez que hago una reseña sobre un anime.
Perdón.
Esta es la primera vez que hago una reseña sobre un anime que aún no he terminado de ver.
Se trata de Higurashi No Naku Koro Ni, en cristiano: Cuando las cigarras lloran.
Es un anime relativamente viejo ya, del 2002 o así.
Su trazo es brusco, poco detallista (lo que en ocasiones se agradece en mi caso por motivos que ya explicaré) y sus personajes no son muy "originales" en el sentido de que por norma, los protagonistas no se alejan demasiado de esa falsa dulzura y resultan ser perturbados mentales (jajaja).
No es un anime que te agrade por su dibujo, como ya dije anteriormente, como por ejemplo la pulcritud de Tamako Market o, sin ir más lejos, las nuevas temporadas de Pokemon. Sus efectos especiales y digitalización es más bien pobre, sin embargo, teniendo una antigüedad superior a la década (y teniendo en cuenta la velocidad con la que evolucionan las artes gráficas), yo no lo consideraría un hándicap en sí mismo.
Pero, dejando atrás lo objetivo, palpable y criticable, llegamos al punto que de verdad es interesante, y no es la trama o historia propiamente dicha, sino: la forma en la que dicha trama o historia está contada.
Generalmente cuando se escribe una historia en la que los protagonistas son varios por ejemplo, se suele recurrir a contar la trama principal desde los distintos puntos de vista de cada personaje (como se puede ver en la película "La verdadera historia de Caperucita Roja" una película de animación pésima pero que en este momento sirve para ilustrar mi ejemplo perfectamente.
Sin embargo, esta obra maestra absorbe e inunda al espectador de dudas desde el minuto cero y ninguna o casi ninguna es resuelta ni siquiera conforme los capítulos avanzan. Al contrario.
Los autores de este anime supieron no solo crear un ambiente caótico al jugar con el concepto del tiempo y del espacio, sino que este mismo juego forma parte de la trama. A todo ello, hay un factor que se repite en todos y cada uno de los capítulos varias veces sin excepción y es, sin ir más lejos, la continua referencia a la religión. Una religión, en este caso, vengadora, sádica y cruel.
Juega también con las clases sociales, el poder, el secretismo, las influencias, los mayores, el dinero, e incluso con la inocencia, mezclandolo todo en un torbellino de tal calibre que personalmente no me extrañaría que existiese gente que la haya plantado por la mitad, al ver semejante montaña entrópica de información.
Higurashi no Naku Koro ni es un inmenso puzzle en el que a cada capítulo se colocan un par de piezas nuevas y, tú, inocente, crees que lo terminarás algún día. Sin embargo, a cada pieza que colocas, descubres debajo diez nuevas que carecen de sentido alguno.
La policía. Es un elemento tan constante como el de la religión y que, sin embargo, realiza su función a la perfección. Sin embargo, parece poseer ciertas tonalidades de bondad o crueldad dependiendo a qué altura del anime nos encontremos.
Drama, horror, misterio, gore, thriller psicológico, suspense... llamadle como queráis. No va a ser más llevadero por eso.
Yo, sin embargo lo consideraría un anime "visceral" con el fin de jugar con el doble sentido. Por una parte (y otorgándole el significado más evidente de la palabra) visceral porque alcanza unos niveles de crueldad y de muerte gratuita espantosos, sin embargo, juega también con nuestra sensibilidad, es decir, se ven las acciones pero no los actos en sí mismos y por otra parte, visceral por la parte psicológica de los personajes.
Se puede ver cómo todos y cada uno de ellos degenera hasta la más increíble locura, en la que se puede ver perfectamente su sufrimiento, su desequilibrio, todo perfectamente representado en la "crueldad" de sus rostros exageradamente desencajados y en sus gritos desgarradores, todo ello con la contraposición de las sonrisas, la inocencia de los niños y jóvenes, juegos, fiestas y tardes al sol en una villa típica japonesa de los años ochenta.
Al no hacer referencia a la trama (pues yo no soy la Wikipedia, en donde podréis haceros todos los Spoilers que queráis), se hace difícil dar más datos o exprimir más esta maravilla.
Sólo he hablado de la primera temporada. Pronto comenzaré con la segunda, luego la tercera y luego la cuarta. Sólo espero que tenga la suficiente energía como para no caer víctima de Oyashiro-sama y su entrópico Junio de 1983.
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