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lunes, 10 de marzo de 2014

Para Manola.

Puso su mano sobre su teta
sonrió, nervioso.
Tragó saliva. Cogió su cartera. 
Era el momento: estaba orgulloso. 
Sacó el condón, con sabor a fresa
y lo colocó, habilidoso. 

Sonó entonces el despertador. 
¡Maldito seas!
¡Objeto cruel, destructor de sueños!
¡Maldito seas!
¿Ahora dónde me meto?
¡Maldito seas!
Repitió con  enfado y gonadal aprieto. 



Dedicado a Manuel Vaqueiro Graña.  

miércoles, 20 de marzo de 2013

Cuando las cigarras lloran. Higurashi no naku koro ni.

Esta es la primera vez que hago una reseña sobre un anime. 
Perdón.
Esta es la primera vez que hago una reseña sobre un anime que aún no he terminado de ver. 

Se trata de Higurashi No Naku Koro Ni, en cristiano: Cuando las cigarras lloran. 
Es un anime relativamente viejo ya, del 2002 o así.
Su trazo es brusco, poco detallista (lo que en ocasiones se agradece en mi caso por motivos que ya explicaré) y sus personajes no son muy "originales" en el sentido de que por norma, los protagonistas no se alejan demasiado de esa falsa dulzura y resultan ser perturbados mentales (jajaja).
No es un anime que te agrade por su dibujo, como ya dije anteriormente, como por ejemplo la pulcritud de Tamako Market o, sin ir más lejos, las nuevas temporadas de Pokemon. Sus efectos especiales y digitalización es más bien pobre, sin embargo, teniendo una antigüedad superior a la década (y teniendo en cuenta la velocidad con la que evolucionan las artes gráficas), yo no lo consideraría un hándicap en sí mismo. 
Pero, dejando atrás lo objetivo, palpable y criticable, llegamos al punto que de verdad es interesante, y no es la trama o historia propiamente dicha, sino: la forma en la que dicha trama o historia está contada. 
Generalmente cuando se escribe una historia en la que los protagonistas son varios por ejemplo, se suele recurrir a contar la trama principal desde los distintos puntos de vista de cada personaje (como se puede ver en la película "La verdadera historia de Caperucita Roja" una película de animación pésima pero que en este momento sirve para ilustrar mi ejemplo perfectamente. 
Sin embargo, esta obra maestra absorbe e inunda al espectador de dudas desde el minuto cero y ninguna o casi ninguna es resuelta ni siquiera conforme los capítulos avanzan. Al contrario. 
Los autores de este anime supieron no solo crear un ambiente caótico al jugar con el concepto del tiempo y del espacio, sino que este mismo juego forma parte de la trama. A todo ello, hay un factor que se repite en todos y cada uno de los capítulos varias veces sin excepción y es, sin ir más lejos, la continua referencia a la religión. Una religión, en este caso, vengadora, sádica y cruel. 
Juega también con las clases sociales, el poder, el secretismo, las influencias, los mayores, el dinero, e incluso con la inocencia, mezclandolo todo en un torbellino de tal calibre que personalmente no me extrañaría que existiese gente que la haya plantado por la mitad, al ver semejante montaña entrópica de información.
Higurashi no Naku Koro ni es un inmenso puzzle en el que a cada capítulo se colocan un par de piezas nuevas y, tú, inocente, crees que lo terminarás algún día. Sin embargo, a cada pieza que colocas, descubres debajo diez nuevas que carecen de sentido alguno.

La policía. Es un elemento tan constante como el de la religión y que, sin embargo, realiza su función a la perfección. Sin embargo, parece poseer ciertas tonalidades de bondad o crueldad dependiendo a qué altura del anime nos encontremos. 
Drama, horror, misterio, gore, thriller psicológico, suspense... llamadle como queráis. No va a ser más llevadero por eso.
Yo, sin embargo lo consideraría un anime "visceral" con el fin de jugar con el doble sentido. Por una parte (y otorgándole el significado más evidente de la palabra) visceral porque alcanza unos niveles de crueldad y de muerte gratuita espantosos, sin embargo, juega también con nuestra sensibilidad, es decir, se ven las acciones pero no los actos en sí mismos y por otra parte, visceral por la parte psicológica de los personajes. 
Se puede ver cómo todos y cada uno de ellos degenera hasta la más increíble locura, en la que se puede ver perfectamente su sufrimiento, su desequilibrio, todo perfectamente representado en la "crueldad" de sus rostros exageradamente desencajados y en sus gritos desgarradores, todo ello con la contraposición de las sonrisas, la inocencia de los niños y jóvenes, juegos, fiestas y tardes al sol en una villa típica japonesa de los años ochenta. 

Al no hacer referencia a la trama (pues yo no soy la Wikipedia, en donde podréis haceros todos los Spoilers que queráis), se hace difícil dar más datos o exprimir más esta maravilla. 

Sólo he hablado de la primera temporada. Pronto comenzaré con la segunda, luego la tercera y luego la cuarta. Sólo espero que tenga la suficiente energía como para no caer víctima de Oyashiro-sama y su entrópico Junio de 1983.

viernes, 1 de marzo de 2013

Aquellos ojos verdes a los que no estaba acostumbrado.


Pensaba que se lo iba a pasar peor de lo que en realmente creía, pues la gente de su clase parecía otra fuera de esta. Estaban todos contentos, felices y él, con una enorme sonrisa de oreja a oreja. Una de esas que ya casi nunca le salían. No tenía muy claro el porqué, pero así era.
Cenaron, tomaron tarta y de dieron sus regalos a la cumpleañera. Luego bebieron y, en el transcurso de todos aquellos actos, no se dio cuanta (o por lo menos así aparentaba hacerlo) de que un par de ojos verdes - que no eran los ojos verdes a los que estaba acostumbrado- no le quitaban la vista de encima en ningún momento.
Al final, después de terminarse una botella Orujo él solito - cosa que no volverá a hacer- decidió sentarse en el sofá para descansar un poco. Acto seguido, aquellos ojos verdes se sentaron a su lado. No eran los ojos verdes a los que estaba acostumbrado, sin embargo, no le parecieron feos e incluso enternecedores. 
Sonrió y habló tanto, que creyó perder la noción del tiempo. Por él, podría acabarse el mundo y que todos los diablos subiesen de los avernos y se produjese el fin del mundo (que por algo era la única noche en la que el Trono del Vaticano estaba vacío. ¿Qué mejor momento?
Y, entre deseos de que el tiempo se parase ante aquellos ojos verdes que, aunque no eran los ojos a los que estaba acostumbrado, también eran bonitos. ¿Quizá más? Quizá más. 

Alguien gritó entonces que se irían en veinte minutos a bailar, por lo que decidió que sería mejor ir al cuarto de baño ahora, ya que luego, las colas formadas por todas aquellas señoritas para un sólo baño, iba a ser de campeonato. 
Sonrió y se disculpó, para dirigirse al baño, pero cuando lo hizo, sintió un gran mareo debido a todo el licor ingerido y aquellos ojos verdes extendieron una mano alrededor de su cintura para, con una sonrisa amable que brillaba desde las alturas, ayudarme a llegar al baño. 

Le di las gracias por el pasillo y sus ojos verdes sonrieron. No sonreían como los ojos verdes a los que estaba acostumbrado, pero estos tampoco sonreían de una manera desagradable.

Ambos entraron y él se vio al espejo.
- Mira, mira qué mal aspecto tengo. No debería haber bebido tanto.
-Tonterías- respondieron los ojos verdes.- Una noche es una noche. - Rió frotándole con fuerza la cabeza hacia abajo.
-¡Para! vas a despeinarme- le regañó sonriente, más como un juego que como una reprimenda. 

Los ojos verdes fueron, en aquella ocasión, tan pillos como los que el, - ahora despeinado joven- conocía, pues se habían encargado de cerrar la puerta con tal astucia y sutileza, que, - en el estado del que entonces se peinaba- le fue imposible darse cuenta. 
-Ea, ya estás guapo- dijeron.
-Yo siempre lo fui, por favor- dijo él, de forma divertida y sonriendo.
-Sí. Siempre lo fuiste- los ojos verdes lo dijeron bajo, incluso ciertamente (por qué no decirlo) sonrojados o eso es lo que le pareció, pues poco pudo ver, ya que aquellos labios de ojos verdes se posaron en los suyos.
Se quedó quieto. No se lanzó, pero tampoco se dejó llevar. Simplemente se quedó quieto. Quieto y con las manos temblando como si de flanes en las oficinas japonesas el once de Marzo del 2011 se tratasen.

Los ojos verdes le dejaron tomar aire a cambio de tomar sus manos y aquellos ojos verdes extraños pero a la vez familiares las guiaron: una al pecho de su camisa y otra a aquel cinturón de dura y férrea hebilla que aguardaba "aquello". 
También duro. 

Agachó la cabeza. Si no hubiese el ruido de la música de fondo, se podrían haber escuchado a la perfección el castañeo de sus dientes, de verdadero pánico, pero sobre todo: indecisión. 
Volvió a verlo rápido de arriba abajo y a analizar la situación. 
¿Para qué engañarse? Eran los ojos verdes que, si no fuesen por aquellos que ya hacía más de un año que lo habían cautivado, habrían sido los primeros y no unos a los que no estaba acostumbrado. 
Eran... los ojos más perfectos que jamás volvería a tener tan cerca. Él y sus ojos podrían haber sido -casi- la perfección echa pareja. Sin embargo, ese pensamiento le asustó y apartó la mano de su pecho como si quemase. 
-No... no creo que... es que estoy nervioso...- dijo muy bajito, mordiéndose el labio inferior con furia para que se le cayesen gotas de sangre y no lágrimas. 
Pudo ver aquella sonrisa cálida y serena antes de que hablase.- No pasa nada. Yo te ayudo- dijeron aquellos ojos verdes, tan calmados como de costumbre. Con una habilidad que le dejó pasmado y le hizo negar de incredulidad con la cabeza, dejo libre su esencia y él replegó sus manos y sus codos hacia su tronco, con la cabeza gacha, no viéndole a él sino sus pies, intentando evitar lo inevitable, sin poder no verlo. 
Tragó saliva y se sintió como si estuviese admirando la mayor obra de arte del mundo.
Sus lágrimas ya no aguantaron más y acabó por sollozar en silencio. Sollozos que dieron paso a lamentos internos, exteriorizados como enormes lagrimones, cargados de rabia, desesperación y alcohol.
-Venga- dijeron sus ojos, mientras sus manos se posaron en sendas nalgas del joven lloroso. Pudo ver cómo sus ojos se mordieron con desesperación ante el tacto del joven.

-No puedo... de verdad... lo siento. No puedo- acertó a decir entre sollozos. - Es que tengo... no puedo- repitió ya extasiado, hundido en lágrimas. 

Sus ojos suspiraron resignados, pero pese a todo, no dejaban de mostrar aquella sonrisa amable. - Bueno. No pasa nada entonces- dijo arreglándose la ropa.- Tranquilo, ¿vale?
Entonces le abrazó entre sus brazos y por primera vez se sintió pequeño. Había olvidado lo que era aquella sensación y su corazón se desencogió, para disfrutar de aquel abrazo que sí aceptó. 
-Perdóname- dijeron ambos al unísono. Lo que les arrancó a ambos una sonrisa debido a la casualidad de sus palabras.

Al final le secó las lágrimas y remató con un beso en la frente, con sus manos a cada lado de su sien y sonriendo.- Bueno, vamos a disfrutar del resto de la noche, ¿vale?- dijeron sus ojos verdes. Aquellos ojos verdes que ya no sabía de quien eran, si eran los primeros, los segundos o simplemente unos ojos verdes a los que no estaba acostumbrado. 

-Vale- dijo con una sonrisa. 


lunes, 21 de mayo de 2012

¡ME ABURRES!


No voy a decirte que te quiero 
Porque ya me cansas
No voy a decirte que me duele 
Porque no es verdad 
No voy a decirte que me muero 
Y miento si te digo que te espero. ¡Me aburres!

Si no quieres hacer nada 
Tu quedate hay sentada, sentada
y pierde todo el tiempo que tu quieras, yo no ire detras,no,no,no

Yo me largo ya me estas cansando
Y juro no pretendo hacerte daño pero ¡me aburres!

Y ahora voy a coger carrerilla
Voy a marcharme corriendo y ha cerrar con el pestillo.
valla ser que me persigas por la calle cuesta arriba 
Y me vuelvas a atrapar



domingo, 12 de febrero de 2012

Blue Phoenix

Mis canciones son la revolución
juventud
tu no hablas nuestra lengua
sonidos de comienzo y abdicación.
No intentéis capturarme. 
Capturarnos
estoy hecho a prueba de pretéritos
Vosotros me habéis fabricado 
para no repetir los errores 
los errores del pasado 
y ahora, pretendéis acallar mi voz
nuestras voces
que claman sentido común y justicia feroz.

Si. Hemos mordido la mano que nos dio de comer
me habéis creado
a mi
una bestia que se nutre de jóvenes pensamientos aún sin cocer,
otorgados, generados y difundidos por la globalidad de mi voz

Muerdo
mordemos vuestra mano que nos da de comer porque
con la otra, malditos bastardos,
intentáis apretar mi correa demasiado fuerte
nuestra correa
Esa correa fabricada con férrea, tetánica y titánica gloria pasada,
que lucha por intentar mantenerse firme pensado que 
cualquier era pasada fue mejor que esta, 
aún verde, fina y opuestamente desdibujada.


Prefiero pasar hambre
Preferimos pasar hambre
hambre antes que triste y dolorosa gula

Escuchad mi cántico, viejas glorias, 
Dios (¿porque no cantarle a él también?)
no quiero destruiros
tal y como vosotros pretendéis.
no queremos

Mis canciones, mi música, mi voz
no es intolerante, sino respetuosa.

Dejad que alce mi joven y potente mano al aire,
haceos a un lado y contemplad lo que mi voz y mi música,
mi corazón erguido y mi alma ardiente 
pueden conseguir
Nuestras almas
nuestra música.

Todos me conocéis. Todos habéis escuchado hablar de mí.
Muchos de vosotros no entendéis lo que soy
ni para qué he nacido.
Oís que existo y huis de conocerme por el miedo que os doy.

No soy un bardo.
Somos El bardo.
Un joven bardo que canta hacia al libertad, 
llevando bajo el brazo un libro con millones de caras
nuestras caras
mi cara
en el que guardo todas mis canciones,
Me acompaña. Nos acompaña un fénix
El fénix
Azul, como las llamas del cielo por el que fluye su etéreo y ardiente cuerpo
Acompaña mi cántico de furia con su sagrada voz
por allá donde ella no llega.

Mis puños de acero, acero forjado
desde la impotencia del pasado,
toca ahora suave al arpa de esperanza.
Arpa construida con las almas 
de los que lucharon para darme la vida.
A todos ellos les doy las gracias. 
Les damos.

Acaso, infelices, ¿no habéis oído hablar de mis hazañas?
¿mis glorias? ?nuestras odiseas?
Yo soy el que derroca al régimen
Ese régimen que convierten ese granito de vida, en medio del universo
en el grano antes de la boda.

Nosotros, yo, con mi música, los derroto
y mi fénix, con su celestial fuego azul, los derrite 
llamas que no cesan nunca, ni una milésima de segundo.
Mi fénix, nuestro fénix, está siempre creando y destruyendo.

Mi nombre ya lo conocéis.
He nacido para cambiar el mundo

Buenoooooooooo semejante paranoia xD jajajaja nah, me apetecía darle una visión un poco más épica a la sociedad en la que vivimos. A ver, he metido a varios factores que viven con nosotros y que ahora mismo, si nos las retirasen sería como volver al pasado, o algo así.
Supongo que os habréis dado cuenta de que "el libro en el que guarda todas sus caras" hace referencia a "FACEBOOK", queriendo englobar así no solo a dicha red social sino también a todas las demás, (tuenti, etc...) y bueno, el Fénix azul... no creo que sea muy difícil deducir que hace referencia al "TWITTER", por supuesto.

sábado, 21 de enero de 2012

Tiempo de Reencuentros


El reloj no paraba de resonar en la estación. Era grande, dorado y redondo. Las agujas marcaban incesantemente como los segundos pasaban y se perdían uno detras de otro en el olvido del paso del tiempo, para no poder ser recuperados de nuevo nunca más. Yo veía como se movían y tragaba saliva al imaginarme que cada momento que pasaba, él estaba mas cerca.
Esperaba arrugando un papel entre mis manos, no podía evitarlo tenía que mover las manos cuando estaba nervioso y ese folleto de propaganda me había venido al pelo.
El tiempo... por el cual nos movíamos no paraba, arrastrando al tren en el que él venía, seguramente sentado, cómodo, calentito, escuchando una cancion de esas que le gustaban tanto y que yo tan poco soportaba.

Una brisa helada recorrió la estación de una punta a otra y como si arrastrado por esta fuese, un majestuoso tren de vapor apareció a lo lejos.

El tren, a diferencia del tiempo, se pararía al llegar a su destino.
Yo veía desde mi asiento como el tren cesaba su aceleración, para detenerse por completo y al fin, verle salir de entre la gente.

Me saqué el sombrero con orejeras y corrí hacia él, que me vió como si hubiera visto un muerto, ya que no esperaba que lo reconociese después de diecinueve años sin verme.
Creía que las circunstancias de nuestra juventud, una guerra y las desdichas que nos habían precedido desde que nos separaron con doce años habían hecho mella en su cerebro haciendo que me olvidase, pero al ver mi abrazo correspondido, no podía evitar apretarlo más contra mi.

Me separé de él y lo analicé, en medio de la estación que, ahora abarrotada de gente, nos sumergía en un silencio caótico en el que miles de voces hablaban pero que no nos decían nada. Estabamos demasiado centrados analizándonos en silencio. Viendo como el tiempo, que no se paraba ni un segundo desde la Creación, había envejecido nuestros rostros. Aún eramos jóvenes, pero habíamos abandonado la tierna infancia para convertirnos en hombres. Hombres que habían llevado vidas muy distintas.
-No creí que iba a volver a verte.- le dije feliz. Rebosante de vida. 
-Yo tampoco creía que iba a volver.- me respondió él.
Apartó entonces su gabardina marrón que cubría todo su cuerpo para dejarme ver su pierna, que ya no lo era, sino que esta había sido sustituida por una de metal y plástico, haciendo la función de una de verdad.
-Lo siento. La guerra no ha dejado indiferente a nadie. Ella se ha llevado a mi familia, a toda. Ahora vivo en soledad. Llevo viviendo solo desde que mis hijos y mi mujer falleceron. La guerra se los llevó.

Nos vimos de nuevo. Sonreímos y nos dimos un par de golpes en la espalda.
-¿Vamos a tomar algo y me lo cuentas con tranquilidad?- dijo el echándome un brazo por la espalda. - Se te vé afectado.
-Venga- le dije con una sonrisa dolorida por haber habierto las heridas del pasado, esas que el tiempo cierra por si solas y que solo duelen si las vuelves a recordar.
Y así, ambos se perdieron entre la muchedumbre. Dos almas solitarias que ahora solo se tenían el uno para el otro.

Mi primer WordSong

miércoles, 11 de enero de 2012

El mundo iluminado

Vale, vale, (ò.ó) antes de nada decir que no me parece correcto la gente me vaya robando las ideas muchoa antes de que las haya escrito. (si, jodido doctor, yo también iba a hacer algo sobre caminos). Pero como ya lo tengo medianamente pensado, lo escribiré de todos modos. Quizás lo modifique un poco para que sea un poco distinto a la idea original, así que, ahí va:

Hasta la fecha, su vida había sido "normal". Había sido un niño "normal" con una familia "normal". Era un niño que siempre había seguido el camino dictado por su familia: un camino recién asfaltado, con aceras bonitas y jardineras a los lados, con farolas bonitas. El asfalto olía a nuevo y la pipntura de la calle estaba como nueva. Además, todo el mundo decía que esta avenida, conducía a la felicidad si la seguías hasta el final. Aunque había algo extraño en la maravillosa carretera que el niño seguia: no tenía color. Todo estaba en blanco y nergo. Sus padres, su familia, las flores, las farolas, su pelo, sus ojos, los deditos de sus pies... todo era gris, blanco y negro. Pero como el joven no había experimentado nunca los colores, (ni el ni ningún miembro de su familia) para él era de lo más normal.
"El camino del bien, y de la felicidad" así es como llamaba su gente al camino, que seguían felices sin preguntarse qué había más hayá... lo que pasaba es que el concepto de "felicidad" del chavalin era bastante diferente al del resto de su familia.

Si analizabamos su vida "normal" a fondo y con lupa, podíamos advertir que su camino estaba lleno de irregularidades y que no todo el tiempo había caminado por la maravillosa avenida asfaltada que todo el mundo le mandaba seguir, sino que el joven muchacho, a veces abandonaba la carretera para coger algún atajo por el monte o cruzando un río... No lo hacía a menudo, ya uqe su familia lo tenía extremadamente controlado para que el vivaz joven, con ansias de experimentar, conocimientos y aventuras, no descarriara de la buena trayectoria.


Su familia estaba muy orgullosa tanto de sus miembros individualmente como del conjunto que formaban en comun. Nunca se habían separado y seguían el camino dictado por lo "correcto" para llegar a la "felicidad" y, aunque conforme nuestro portagonista se iba haciendo mayor le costaba más y más darles la mano a sus familiares para continuar todos juntos, él lo hacía. Con pocas ganas pero lo hacía, viendo con soslayo com las "desviaciones" de la "avenida de la felicidad" se quedaban atrás conforme el grupo iba caminando por la avenida de la vida feliz.

Un día, el joven intrépido, que caminaba de manos de sus padres, vió, en su mundo grís, una sombra que caminaba por una camino de tierra y de baja calidad que atravesaba perpendicularmente su avenida. La sombra tenía forma de persona y caminaba sin inmutarse. 

Al principio, al muchacho le dió miedo, pero cuando la sombra cruzó la carretera, se paró y vió al chico a los ojos, tendiéndole una mano.

El chico tragó saliva y correspondió a su gesto dando su mano a la sombra. La de la sombra estaba fría y, por muy caliente que la del chico estuviera, la suya nunca se calentaba.

Al final la sombra se fue con ellos y siguió su camino, pero el joven ya no iba de las manos de su familia, sino que caminaba, jugaba y corría por delante del grupo con su muevo amigo: la sombra.

A esta última, le encantaba hacer tantas travesuras como al chico y su divertimento máximo era perderse por los caminos distintos al que su gente seguía.
A veces lo conseguían con tretas y trucos, pero como la sombra no hablaba y podía hacerse invisible, cuando los pillaban haciendo alguna de las suyas, siempre le reñían al muchacho, quedando la sombra siempre impune y se reía de sus reprimendas cuando estaban a solas los dos.
En una ocasión, no hacía mucho tiempo, en una de sus mayores escapadas, la sombra y el chico se perdieron en un camino bastante peligroso y escarpado, por lo que decidieron acampar aquella noche en una cuevita que encontraron.
Todo estaba extremadamente oscuro, por lo que el hombrecito no podía ver a su amigo, ya que la oscuridad se lo había tragado. Tenía miedo. Podía sentir la mano de la sombra apretando la suya, pero no podía verle. 

Caminaron hasta la entrada de la cueva y se pararon. El chico estrujó el brazo de su amigo, temblando de miedo. No quería dormir en un sitio tan siniestro.

La sombra se dio cuenta de eso por lo que se soltó de su mano para abrazarle por la espalda y apoyar su cabeza en el hombro del joven. De repente, la sombra dejó de estar fría para pasar a casi quemar, y de su oscura silueta comenzaron a manar todos los colores que existen. Infinitos, inundando todo hasta donde la vista del chico alcanzaba. Se vió las manos y tenían color, vio la hierba y tenía color, la cueva se iluminó también y su pelo había adquirido color. 

Las pupilas del joven se dilataron al máximo para poder alcanzar y apreciar lo alucionante del poder de su amigo. Ahora que había visto la luz pintada, todo iba a ser diferente. Su mente sufrío un tremendo shock, por lo que aquella noche ninguno de los dos durmió: el muchacho se quedó admirando la gama de colores que bañaban todo lo que veía. Colores que manaban de su amigo sombrío.

Estaba incrédulo y expentante. Nunca había tenido un experiencia como aquella. La sombra le sorió al ver que su poder le había agradado y se sentó a su lado para admirar también su creación luminosa.

Al día siguiente, ambos encontraron el camino de vuelta y se reunieron con su gente. El joven no les dijo nada a sus padres por miedo a que lo tacharan de enfermo, loco o desequilibrado, por lo que todo quedó en un secreto de los dos.

Ahora, a cada desviación que encontraban, se metían por ella, perdiéndose lo máximo posible la mayor cantidad de tiempo posible para gozar de las maravillas de un mundo iluminado, en secreto.
Con forme el tiempo pasaba, el chico se dio cuanta de ua cosa: cuando seguía la carretera asfaltada de la "felicidad", se aburría mucho y sentía desperdiciar su vida con cada paso que daba en aquel gris camino. Nunca sería feliz. 
Pero si estaba con la sombra y se iban por los caminos a vivir aventuras, entonces si que lo era.


Actualmente, el muchacho se ha encontrado en el gris camino de la vida, con una bifurcación.
A su derecha está el camino que su gente ha seguido hasta la fecha y que nunca jamás dudarían en no seguir, de echo, para los miembros de la familia más viejos que llevaban más tiempo caminando por la avenida asfaltda, el seguir un camino distinto a ese era una traición, una deshonra y la falta de respeto más grande del mundo.

El chico sabía que sus padres no veían con buenos ojos su amistad con la sombra y sus escapadas por caminos de tierra que no eran los correctos, pero era su hijo y bueno..., le querían, aunque no sabían hasta que punto lo seguirían haciendo si su retoño seguía con aquella actitud.

A la izquierda, está un caminode tierra pero este, a diferencia de los anteriores, no es un pequeño sendero, sino que es tan ancho como la "avenida de la felicidad".


Ahora, la gente del chico quiere seguir por el camino de "toda la vida" y llaman por el joven para que vaya con ellos, mientras que la sombra, en silencio, tira de su manga de la camisa para irse juntos por el camino de la izquierda.


Ahora mismo, el chico está en una difícil tesitura de la que no sabe como salir o reaccionar. bueno, sí que lo sabe: se quiere ir con la sombra. Pero no tiene el valor suficiente como para decirle a su familia que será el primero de su clan en desviarse de la avenida gris del bien, para vivir su propia felicidad.

Parece que el tiempo se ha parado y todo el mundo le mira a él, esperando que se sentencie de una vez por todas... algún día tendrá que hablar, pero no sabe cuando.

¿Que queréis que haga el muchacho, si el mundo le ha iluminado?

martes, 3 de enero de 2012

Soledad en Compañía.

Ambos abrieron mucho los ojos al verse al espejo. Era horrible. Dorze se acercó hasta casi pegarse a la plata pulida para ver las seis marcas de colmillos emparejadas de dos en dos que adornaban su cuello.


 -¡Mira esto, Caéren! mira que nos han hecho los mostruos de la noche.

Caéren se acercó tembloroso al espejo y vió qué tenía el en su cuello más detenidamente.

Se mordió el labio inferior y dejó escapar un lagrimita. El no tenía varios agujeros en la ahorta, como Dorze, sino que su herida era de unos colmillos más experimentados, puesto que las dos marcas eran más profundas y unas marcas de uñas adornaban también su cuello, haciendo que la parte derecha de este, estuviese casi necrósica.

Los dos amigos se autoevaluaron las heridas.

-Parece que a mi me ha atacado uno menos experimentado, ¿ves?- dijo Dorze- son mordiscos inexpertos y poco profundos... el caso es que son muchos. Sin embargo, a tí, Caéren, parece que el que te hizo eso sabía lo que hacía.

Caéren le miró a los ojos con miedo.- ¿que nos va a pasar ahora, Dorze? tengo miedo.

Dorze y Caéren se volvieron a ver al espejo y se dieron la mano. Algo extraño estaba ocurriendo.- No lo se, Caéren... no lo...- antes de que pudiera acabar la frase, ambos jóvenes pudieron ver como su reflejo se iba desvaneciendo lentamente, desde sus piés, subiendo por sus caderas. Cuando ya casi habían desaparecido por completo, Caéren habló- Ya somos de los suyos- dijo tornando la cara hacia Dorze y notando como los caninos le crecían.

-Dorze... mírame.- dijo cogiendo la cara de su amigo.- No te separes nunca de mi- entonces ambos sonrieron y se transformaron en alados seres para desaparecer en la noche, que los había convertido en los monstruos ávidos de aquello que los había transformado en lo que ahora eran.


Ahora seguirían la senda que la noche, macabra, felina y juguetona les había marcado. Ahora ya no había marcha atrás. 

Cosas

Un acueducto, polvo de hadas, teatro, una cartera desaparecida, caras de “cariño, estoy embarazada”, camas, un contrato olvidado, tiempo libre, risas, un módem USB nuevo, pelo rosa, hematomas indiscretos, una estrategia evasiva, dolores urogenitales, bibliotecas, caricias, análisis de sangre, pulseritas deformables de colores, besos de esquimal,  coro, gente falsa y zorra que quita partes de trabajos, ordenadores que se calan, una tarjeta del médico desaparecida, bufandas que esconden y la mejor semana del mundo.

¿Sabes?

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Tú, yo y música lenta
No sé expresarlo, no valgo.
Nuestras mentes infinitas,
Intrínsecas, nunca yuxtapuestas
Coinciden, todas sus dendritas.
Para todo las mismas respuestas.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Que somos almas gemelas
Nuestros “egos”, nuestros “yo”
Se pierden en el limbo de la inmensidad
Vacía, perfecta, fantástica, irreal.
Ambos flotan en un atemporal caballo.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Esto es muy bonito,
Para ser real y cierto
Vivimos en un mundo maldito, caprichoso,
Reaccionas y ya estás muerto.
Espero que se acabe pronto,
Este extraño sufrimiento.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Que nuestras mentes son iguales,
Como el amor que nos ofrecemos.
Como esas limpias y brillantes lágrimas
Llenas no de sal, sino impotencia,
Nunca se verán correspondidas
Nuestros cuerpos se repelen con virulencia

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
De que hay algo, muy pequeño
Si, en nuestro neocórtex
Donde se guarda la cajita
La cajita de los gustos y sabores.
Esa cajita, al lado del sueño,
Es distinta, y me he dado cuenta.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
De que somos tan iguales y tan diferentes
Sé mi enzima, sólo durante un rato
Tan solo vas a poder abrazarme,
Abrazar a tu pequeño sustrato.
Si, ese soy yo, ese sustrato que, a tu lado,
Deja de ser un triste mentecato

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
No quiero tu beso en mi mejilla,
Sólo tu cálido abrazo
Sólo tu abrazo, tu infinito,
Tu calor, sólo a ti,
Tu risa, tu olor,
Sentir tus brazos, por mí.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Te quiero demasiado
Como para olvidarme
Ni el tiempo ni espacio
Harán que me olvide de ti
Ni de tu esencia, ni de tu palacio.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Quiero que mi máquina de predicción
-O cerebro-
Sea capaz de crear un futuro
Un futuro en el que sigamos siendo felices
Y que nuestras mentes sigan entrelazadas,
Como siempre, para que nunca me olvides

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de algo
Te me escapas de mis dedos
Te me escurres como ratón
Feliz quero ser a tu vera
Con tu corazón de jabón.
Deja que te vea,
Como tú ya has visto, visto en mi interior.

¿Sabes? Me he dado cuenta
Me he dado cuenta de que la vida
La vida es muy hija de puta
Pero solo cuando quiere,
Sino, habría planeado otra ruta
Otra ruta para nuestras vidas,
Es tan hija de puta,
                                               Que pudo hacer que nunca te conociese.

Mi príncipe

Bullicio de la gente, con sonido de violín y de una repetitiva armónica, tocada por un pobre diablo que cuida más a su perro que a su propia madre. Punset y sus viajes me acompañan en esta mañana de viernes. Otra vez la armónica… Zara, Springfield, MaryPaz, Zara Home… ya las he visto todas.
Ahora toca esperar. Mmmm olor a gofre: que rico, pena que solo tenga dinero para coger el autobús. ¿Por qué la gente no mira por dónde va? En fin…
Estamos en Noviembre y ya hay adornos de Navidad, ¿qué diantres? Otra vez la armónica…
Veo hacia los viejos ventanales a ver si consigo observarlo…
Ogh, venga, acaba de pasar un tío con la gabardina que llevo buscando desde hace siglos... Suertudo…
¡Ostia! ¡Mónica! Cuánto tiempo, Jajaja. ¿Cuántos años ya? ¿Cuántos años sin vernos? He perdido la cuenta… Hablamos, nos abrazamos y nos despedimos.
Sigo esperando, menuda embarazada, caray, deben ser gemelos por lo menos. Sonrío: me gustan los gemelos.
Suena Amaral en MaryPaz, cuanto tiempo sin escucharlos. Jolin, menudo rebumbio… gente corriendo, gente paseando, gente charlando, gente joven, viejas con el pelo rojo (¿WtF?), gordos en pantalón corto, chicas que parecen modelos, elegantes señores…
Bolsas de Librouro y otra vez la armónica de las narices.
Bibah! ¡Una oleada de guiris rubios con chanclas y cámaras de fotos! Jajaja, no me haría tanta gracia si en medio de todos ellos no fuera un negro. Jajaja: destaca muchísimo.
Oh, venga: ¿gaviotas? ¡Eh! ¡Eh! Dejad ese bocadillo con un niño pegado donde estaba, malditas…
Entre pitos y flautas, aparece al fin, nos abrazamos y nos vamos, acompañados del repetitivo y manido sonido de la armónica.

Problema de Matemáticas

Si una gallina come 0.02 gramos de serrín con su ración de pienso diaria, teniendo en cuenta que el serrín tiene una densidad de 0,0002 g/cm cúbicos, responde: ¿Cuanto tardará la gallina en cagar una tabla de conglomerado de 14 x 15 m?

Doctor dijo...
... - challenge aceptted - 0,02g.V = 0,0002 g/cm 0,0002 g/cm . 1cm/10-²m =0,02g/m 0,02g^V= 0,02g/m ; V= 1m Entonces: 0,02g - 1m |_ X= 4,2g Xg - 210m | Si al día come 0,02g, en comer 4,2g tardará: 0,02g - 24h |_ Y= 5040h; es decir, tardará: 4,2g - Y | _______ 5040h. 1d/24h = |210días| Y todo eso si mis cálculos son correctos XD me siento science-freack lol

Cajita de Cristal

La amistad es una cajita de cristal. Pequeña, transparente, donde guardas allí dentro todos tus pensamientos, ideas, cariño y amor.Un cristal fino donde te reflejas. Material en el que están hechos tus sueños. Son porciones de tu corazón que intentas que no se rayen nunca.
Un amigo es más que una persona. Algo que no es físico, algo que siempre llevas. Es eso que recoges por el camino y guardas en tu cajita de cristal, cuidadosamente acomodado en su interior de terciopelo. Todo eso en lo que crees, en lo que confías, en lo que sientes.
Eso que más allá del mundo encuentras. Eso que te abraza cuando piensas que no puedes más. Algo que lamentas no ver. Porque el amigo no se ve, no se toca, no se huele. Simplemente lo sientes. Y, aunque se encuentre sentado a tu lado, tú nunca lo ves como la materia física que es. Su esencia oculta entre los pliegues del terciopelo de tu cajita de cristal.
A veces lo miras a los ojos. A veces sientes su presencia.Sin embargo, el amigo no es la persona que ves. Es la persona que sientes.
Es aquello por lo que darías todo.
Menos tu cajita de cristal…

Final alternativo III

Estaba escondido en el armario de aquella lujosísima habitación.
La mujer pelirroja abandonó el lecho conyugal para darse un baño.
El hombre rubio salió muy despacio del armario y con una sonrisa se metió en la cama y besó al hombre que en ella le esperaba.
A los 20 minutos, el hombre rubio saltó por la ventana y se perdió en la noche cuando oyó que la mujer volvía a la habitación.

Llegó a media noche a su casa, mucho más modesta, donde le esperaba su mujer, preocupada.
Ella exigió una respuesta de su tardanza, y el le respondió con un seco "Negocios" mientras se metía en cama... y pensar que llevaba ya 15 años engañándola... se sentía culpable... pero antes de dormirse, esbozó una sonrisa muy parecida a la que aquel hombre le solía dedicar.

Final alternativo II

La lluvia mojaba su asqueroso y sucio pelo rubio. Era de noche y hacía frío.
No tenía nada que llevarse a la boca... y ya llevaba así dos días.
Sentado en una esquina con la cabeza hundida en sus hombros... camino de los treinta años, no tenía nada ni había hecho nada provechoso en su vida.

Los niños pasaban y se le quedaban mirando y el los veía fijamente a los ojos, intentando robarles algo de su inocencia, bienestar, dulzura o felicidad...  intentando robarles algo que el no tenía y que nunca volvería a tener.

Su obsesión por aquel hombre lo había conducido a una vida de desenfreno y mala vida. Había sido su títere, otorgándole los mejores años de su vida y hasta una parte de su cuerpo.
Y ahora... no tenía nada, lo había abandonado como a un vulgar perro que dejas en la cuneta.
Sin ropa limpia, vestido con harapos... llevaba ya dos años viviendo así... 

Estaba en lo más profundo de la sociedad... pudo haber cogido la oportunidad que le otorgaba aquella chica... pero no la escogió: prefirió al hombre.

Aquella sería, definitivamente, la última noche que pasaría en aquellas condiciones.
Entonces vio pasar a una mujer de pelo marrón, con los ojos azules y la mirada perdida, acompañada de un hombre con el pelo verde... ambos empujaban el carrito de un bebe. 
Eso fue lo último que vio antes de cortarse el cuello de golpe.

Final alternativo I

Se pasó una mano por su rubia cabellera, mientras bufaba un poco desesperado, puesto que no se le ocurría nada que dibujar en su lienzo en blanco.
El viento rozaba sus arrugas cuarentonas mientras miraba hacia el cielo desde su porche de madera, apoyado en la barandilla un poco carcomida por el tiempo y las polillas.

Sus dos niños jugaban en el verde jardín, con una pelota con varios parches. Eran dos críos preciosos.

Se volvió hacia el lienzo, que parecía burlarse de él, ya que su mente no encontraba nada que plasmar en el.

Apareció entonces su mujer de dentro de la casa y posó su cabeza sobre su hombro.
Suspiraron al mismo tiempo y el la besó en su morena frente.

Cerró los ojos y dejó que los trinos de los pájaros lo liberasen de las ataduras terrenales y lo llevasen a un lugar donde la vida, el color y la inspiración brillaban por doquier... se acordó de su juventud y sonrió.
Entonces abrió los ojos y comenzó a dibujar un hermoso palacio.

Impotencia

Tengo una angustia en el pecho... una presión... que hace que mueva el cuello en círculos y hace que me arda la garganta... las lágrimas quieren brotar... pero yo no les dejo... Me dan ganas de destrozarlo todo y gritar muy fuerte... pero no puedo. Porque he hecho algo y ya no se puede remediar... siento que esa decisión me ha hecho perder tiempo de mi vida... ha sido una mala decisión... pero no se puede volver atrás en el tiempo... y eso es lo que me acalora, me enciende y me desespera. ¡QUE RABIA ME DA!... Dios... quiero morirme... mi labio inferior está sufriendo, porque mis dientes lo aprietan, para evitar que mis lágrimas caigan. Cierro mi puño, mientras que con el otro me golpeo la cabeza. Soy un imbécil... un cabeza loca... si ya lo decía mi madre.
Bueno... quizás haya tenido que ocurrir... siempre he creído en el destino... y si algo ha pasado... será porque era necesario que pasase...

Quiero dormir y olvidarme de toda esta mierda.