martes, 3 de enero de 2012

Cuando Gea se aburre...

Estaba yo repasando imágenes por la red y encontré esta.
Quisiera tener el poder para evitar que esta imagen no existiera... pero no se puede volver atrás en el tiempo... (O eso creo).
Nunca, repito nunca una imagen había despertado tantas cosas dentro de mi... en cuanto la vi... los pelos de mi brazo se erizaron como pocas veces lo habían hecho antes, mis pupilas se dilataron e infinidad de recuerdos invadieron mi mente. ¿Os acordáis de ese día? Buah, yo entré en el coche de mi madre al salir de clase y me dice: 
-Hubo un terremoto en Japón
Y yo:
-Ah, muy bien- en plan: sabia perfectamente la cantidad de terremotos que había en japón y que para esas benditas personas eran casi como su despertador, vamos, que se la soplaba que hubiese terremotos.

Llegamos a casa y puse la tele y tuve la misma sensación de cuando vi esa imagen: dejé caer mi mochila al suelo y me desplomé en el sofá, con una fuerte presión en el pecho... ¿que diantres? os juro que se acababa el mundo... Creo que el problema ha sido muchisimo peor de lo que nos lo han pintado: toneladas de agua radioactiva al mar?¿en que estaban pensando? Me ofuscó muchísimo... pero ¿que solución había? Me quedé clavado al sofá, con los ojos muy abiertos, intentando asimilar o intentando creer que era cierto... porque no me lo creia...
HAY UN ESTÚPIDO SOL ENORME EN EL ESTÚPIDO ESPACIO Y TENEMOS LA ESTÚPIDA TECNOLOGÍA PARA QUE NOS DÉ SU ESTÚPIDA ENERGÍA, ADEMÁS ES ESTÚPIDAMENTE LIMPIA Y SEGURA!!

¿Porqué tenemos que utilizar cosas que no podemos controlar?¿Porqué leches tenemos que jugar a ser Dios tooooodos los día y a toooodas horas?

Yo seguía clavado en mi sofá, pensando en todas estas cosas... las imágenes no paraban de taladrarme la mente, parecía que al respirar no me llegaba el aire que absorbía, lo que hacía que se me cerrase la garganta y me llorasen un poco los ojos.

Creo que fue una de los peores días que he vivido... una angustia existencial... un remordimiento... un come-come todo el día detrás de la oreja...

Las imágenes eran peores que las palabras: casas rotas, barro, gritos, más barro... lo que más me impresionó era, por ejemplo, los míticos hombres de negocios, nacidos, fabricados y modelados para que su única función en la vida fuese trabajar y levantar su empresa de Dios-sabe-qué, llorando como magdalenas...¿que diantres? y pensé que le soldaban las glándulas lacrimales! nunca había visto llorar a japoneses con esas ganas... como si todo el llanto que habían reprimido durante toda su vida, saliese, dando rienda suelta a sentimientos que atravesaban nuestras almas a pesar de estar a kilómetros y kilómetros de distancia.

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