martes, 3 de enero de 2012

Un mundo de oro

Como dice la canción de Cristina y los Stop: tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. Tanto la salud y el amor son cosas universales que las tienes o no las tienes. Tú no eres el dueño de ellas, tú no escoges tener un cáncer o enamorarte de un cura, por ejemplo. Pero ¿qué hay del dinero? Eso no es algo que venga implícito en nuestros genes, ya que tanto la salud como el amor vienen predeterminados en ellos, pero el dinero… es algo que nos hemos inventado.
Antes de que el dinero se inventase, la gente simplemente intercambiaba mercancías: un pollo por una merluza, por ejemplo. Pero a alguien (seguramente muy pillo) se le ocurrió la idea de “convencer a la otra persona de que un puñado de piedras podría valer como intercambio” y ese fue el inicio del concepto “dinero”… a partir de ese momento, todo el mundo comenzó a coleccionar piedras, de modo que quien más piedras tenía, más rico era.
Con el tiempo, esas piedras se fueron convirtiendo en pulidas y brillantes monedas de diferentes materiales, como cobre, bronce, plata, oro, etc. Pero ¿Qué habría pasado si a nadie se le hubiese ocurrido el invento del dinero?¿Cómo sería nuestra sociedad?¿Con qué habríais comprado el ordenador en el cual estáis leyendo esto?¿Habría siquiera ordenadores?¿Sería muy extraño, porque quizás tampoco hubiese guerras, ya que no tendríamos que pagar el petróleo, por ejemplo, bueno quizás tuviéramos que intercambiarlo por alguna otra substancia valiosa, como el agua, ¿no? Petróleo por agua… mola.
El caso: el dinero es algo mágico. Está pero no está. Es una de las pocas cosas (o la única) que el hombre ha inventado y se ha convertido en algo “casi” universal, es decir: el dinero es efímero, va y viene, como el amor o la salud; es infinito, como el amor y como la salud; pero claro… no es universal porque no todo el mundo lo tiene ahí es donde se observa que es algo inventado por el hombre, ya que si el dinero fuese una artimaña de la naturaleza, como el amor, la felicidad, las matemáticas (sí, yo sigo creyendo que las mates no las hemos inventado, sino que las hemos descubierto), pues entonces todo el mundo tendría dinero, ¿no creéis? Es extraño…

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