martes, 3 de enero de 2012

El Profeta VIII

Bueno, acabo de llegar de una de las fiestas más épicas de la historia de mi vida... y no os creáis que me lo he pasado bien.
Es el cumple de un amigo de un amigo (si, queda muy telenovelesco, pero me da igual) y si... bueno, me fumé 3-4 pitis, y me bebí 3-4 kalimotxos, pero no me lo pasé bien, aunque Doctor me dijo que lo hiciera. 

No ha sido mi semana perfecta si, los cúmulos de variables son horribles, y todo se complica cuando a el Internet de tu edificio le dan paros cardíacos de 45 minutos mínimo, tu móvil está muerto hasta que encuentres el cargador (que está en casa de mis papás :3) y el colmo de los colmos es que tu ordenador se cale cuando al señorito le de la putisima gana. LO ODIOOOO.

A parte de todo esto, a veces tu madre te llama para decirte textualmente: "han llegado tus análisis a casa y algo no está bien. Pone que tienes que ir al médico de inmediato" pues oye: no es muy tranquilizador.

En serio: semana horrible. Solo quiero llegar a mi casita, achuchar a quien tengo que achuchar y reirme con quien me tengo que reír.

Bueno, son las 7 y 27 de la mañana exactamete y tengo un cuadernillo "ghermosho" de anatomía en blanco para rellenar para mañana (e-e esta va a ser una noche muuuuuuuuuuuy larga...)


Me voy a dar un beso de buenas noches a mi mismo (ò,ó aunque no se como se hace eso) porque lo necesito con urgencia.

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