martes, 3 de enero de 2012

Helado & Pólvora

Abdel Ghaffâr esperaba en la parada del bus mientras comía desganado una terrina de helado de chocolate y fresa de 2,50 €. 
Su mochila estaba tirada de cualquier manera debajo del asiento de la parada.

Llevaba unas bermudas azules, de esas que tienen flores hawaianas estampadas y una camiseta blanca de propaganda un poco sucia.

Hacía calor. Los veranos en Madrid eran horribles... lo único bueno eran los helados... le gustaban los helados.
Sus blancos dientes de 22 años de edad se estremecían al morder el helado chocolate, pero a él le daba igual... le gustaba esa sensación.

...

Cuando vio llegar el bus a lo lejos de la calle, una salada lágrima se fundió en la dulce fresa de su helado.

Cogió su mochila del suelo y entró en el bus. Pagó el billete y se sentó en el medio.

A los dos minutos de haber arrancado, lo último que oyeron los pasajeros del bus y el propio Abdel Ghaffâr fue "Por Alá"

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