jueves, 12 de enero de 2012

S. I

S. salió a dar un paseo por el bosque. Hacía muy buen tiempo, por lo que estiró los brazos, sintiendo que sus tendones ya no daban más de sí, pero el seguía estirándolos porque le gustaba sentir la presión en ellos.

S. estaba contento ese día. Bueno... realmente hacía mucho tiempo que no era feliz, ya que vivía en un continuo infierno, ya fuera por asuntos amorosos, económicos, sociales o psicológicos. Fuera lo que fuera, siempre había algo que le preocupaba y no se le salía de la cabeza por más que lo intentaba, pero dentro de su desgracia, aquel día estaba feliz aún dentro del umbral de la preocupación.

S. caminaba con las manos en los bolsillos dándole patadas a una piedra. El bosque era un lugar bonito donde pasar el verano, ya que los árboles le tapaban la cabezota del sol y le otorgaban una buena sombra, fresca y que olía a pino.

Hoy se iba a pasar todo el día solo si podía. Un día tan bueno no era digno de ser estropeado por nadie, así que mejor solo que mal acompañado.

Uno de sus hermanos mayores apareció entonces y lo cogió por el cuello y comenzó a frotarle la cocorota con los nudillos mientras S. gritaba de dolor.

-Eres un imbécil, F.- le dijo una vez se hubo liberado.

F. apoyó su brazo en su cabeza usándo a S. como un atríl.- Oh, venga, hermanito, no te enfades, que se te agria el caracter- dijo gracioso.

-F. Eres un bruto... déjame en paz- dice intentando irse.

-Espeeeera - dijo F. agarrándolo de una oreja. - Sabemos lo que le has dicho a papá y a mamá y aún no me lo creo, pero bueno- dijo rebuscando en su mochila- tu hermana A., D., G., y yo te hemos comprado algo.- dijo sacando un paquete y dándoselo a S.- espero que te guste y si no te gusta, te jodes.

-Que agradable eres, F. de verdad...- dijo son poder evitar soltar una sonrisa al ver su regalo.- Gracias- dijo desenvolviendo el contenido para que su cara se viese reflejada en la superficie brillante de su regalo, que se iluminó al recibir un rayo de luz de entre los árboles, golpeando con un haz de luz los ojos del joven.

-F. es genial... muchas gracias -dijo abrazándolo. La verdad es que hacía años que no abrazaba a su hermano y le dio un poco de vergüenza.

-S. ¿eres imbécil? ¡Suéltame! alguien podría vernos y pensar que te estoy haciendo de esas cosas raras que te gustan.

A S. le daba igual que su hermano se metiera con él ahora. En ese momento era demasiado feliz.

2 comentarios:

  1. Si una S se refleja en un espejo y el reflejo se superpone a la imagen real es un infinito ~~ (o un 8... XDD)

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  2. que gilipollas eres de verdad jajajaj

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